Castel de Murol - Francia



Visita al Castillo de Murol - Francia.




El Castillo de Murol (Château de Murol) es una fortaleza medieval situada en la comuna de Murol, departamento de Puy-de-Dôme, Auvergne-Ródano-Alpes, en Francia.

El castillo se levanta sobre un promontorio de roca volcánica desde el siglo XI o XII, desde un punto estratégico que domina varias rutas regionales importantes.


En el siglo XIV fue reforzado por Guillaume de Murol, también llamado Guillaume de Sam, hizo construir el donjon o (torre principal fuerte) y se edificó otra capilla oriental, más algunas otras ampliaciones defensivas.

 






En 1455, el castillo pasa a la familia d’Estaing, por el matrimonio de Jeanne de Murol con Gaspard d’Estaing, (la misma del ex presidente de Francia).

Esa familia hizo importantes obras entre los siglos XV y XVI, parte de la decoración, adaptaron las defensas para uso de artillería, y adicionaron pabellones más cómodos.

Durante el Antiguo Régimen, aunque muchas fortalezas fueron destruidas por órdenes centrales (como de Richelieu), Murol fue perdonado, en parte gracias al prestigio de la familia d’Estaing.

 Con el tiempo, fue perdiendo su función militar y la importancia estratégica. Durante la Revolución Francesa fue usado como prisión, y luego permaneció abandonado, llegando a ruina parcial, y por los saqueos de piedra por los vecinos.

 En 1889 fue clasificado como monumento histórico, más tarde en el siglo XIX y XX pasó a ser propiedad municipal tras donaciones, y hoy en día es gestionado como sitio patrimonial y turístico.

Las partes más destacadas del castillo y lo que podemos visitar:

El promontorio y murallas

Las murallas interiores siguen el contorno del basalto en el que se encuentra. Desde los puntos altos y especialmente desde el donjon (la torre principal), tenemos vistas espectaculares de gran parte de la región; el valle de la Couze, el lago Chambon, el Massif du Sancy, y los volcanes.

Hay dos capillas: una más antigua que data originalmente entre los siglos XI-XII, y otra que Guillaume de Murol mandó construir hacia finales del siglo XIV o XV.

Posee viviendas señoriales, parte doméstica, y cocinas

En la parte interior del castillo se relata cómo vivía el señor, su familia, los servidores, etc.

Podemos ver restos de la cocina, panadería, hornos, salas de servicio.

Al pabellón renacentista se le efectuaron añadidos durante los siglos XV-XVI para embellecer y hacer más confortable el lugar, adaptándolo en parte a gustos más palaciegos.

Se puede visitar también una gran bodega, decorada con todos los elementos de la época.






Hay visitas guiadas con personajes ataviados con trajes de época, recreaciones, jolgorio medieval, talleres, festivales, todo ello ideal para imaginar la vida en 1425 en la corte de Guillaume.

El ascenso es bastante duro, desde el parking cercano. 

El castillo está abierto todos los días, excepto el 14 de julio. 

Horario general: de 10:00 a 19:00 (última entrada suele ser una hora antes del cierre). En temporada baja puede cambiar. 

Entrada de adulto desde 12 €; menores de 10 años gratis.

Hay tarifas especiales para grupos.

No hay restaurante dentro del castillo, si una máquina expendedora y se permite picnic en el recinto.

 

Recomendable llevar calzado cómodo, ya que hay subidas pronunciadas, murallas y suelos irregulares.

Si se visita con niños, hay actividades vistosas como el combate medieval.




El Colorado de Rustrel.

El colorado Provenzal de Rustrel.
Enclavado entre las montañas de Luberon al sur y las montañas de Vaucluse al norte, a este maravilloso lugar se le conoce como, «Colorado provenzal de Rustrel». 




Entre los pueblos de Rustrel y Gignac, junto al río Dôa, los colores de la tierra, por la presencia de ocre en el subsuelo, nos ofrecen a los visitantes un espectáculo indescriptible.

Numerosos vestigios de la era industrial dominan el Colorado provenzal: tuberías, decantadores, cabañas de ladrillo y motores de bombas para la extracción de ocre.

¡Un auténtico viaje en el tiempo!

Estos tesoros del pasado, elaborados artesanalmente por los trabajadores, nos transportan a una aventura industrial desaparecida hace casi medio siglo.

De camino, encontramos un pequeño acueducto que transporta el agua recogida en los acantilados de ocre hasta la fuente del pueblo.


Según la leyenda que Sermonde, esposa del terrible señor del pueblo de Roussillon, amaba a un trovador, celoso el señor del castillo mató al amante con una espada e hizo que su esposa probara el corazón después de cocinarlo.

A ella le pareció delicioso el plato, pero cuando se entera de la verdad, se arroja al vacío, en ese momento la tierra se tiñó con su sangre”.








La realidad es, por supuesto, muy distinta. 

En el principio todo era mar... Hace cien millones de años, al pie de los Alpes, el lecho marino recibió gruesos depósitos de arena, cargados de silicato de hierro verde. 

Al final del Cretácico, el clima cambió y se volvió tropical, y las arenas que emergieron se solidificaron y su contenido mineral se transformó en arcilla pura más hidróxido de hierro. 

El color cambió entonces de verde a rojo. Nacieron los ocres naturales del Vaucluse. 

Los especialistas han identificado entre 17 y 25 tonos diferentes, según la zona.

Una hermosa visita con paisajes magníficos, diferentes a los habituales en nuestros entornos.

Se puede entrar con perros, y el parking cuesta 5€








Castel de Murol - Francia

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