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Etapa 21: Calvor - Gonzar. 36.500 km


Etapa 21: 
Calvor - Gonzar.   36.500 km

La noche transcurrió tranquila, y como siempre la premisa es, salir lo más temprano posible.
Son las 6:40 y estoy en camino, cruzo por la pequeña aldea de A Guiada, y cuando ingreso al sendero paralelo a la carretera, me doy cuenta, tras andar casi 1 kilómetro muy rápido, que por segunda vez me he olvidado  los bastones.
Un caminata super acelerada carretera arriba, para ver que la puerta esté abierta y poder recogerlos, de lo contrario tendría que esperar a que alguien saliera.
Habiéndome hecho con los bastones, en éste caso no vuelvo a pasar por el pueblo, sino que corto camino por la carretera, hasta el punto donde lo había dejado.
Continúo camino, siempre por una senda junto a la carretera, y a la derecha del camino dejo el albergue Paloma y Leña.  
Entro en Sarriá a las 7:50, sin mayor inconveniente, es temprano, a medida que me acerco al centro se nota más peregrinos en las calles, preparados para continuar su camino.






Sarriá, esta preparada para los peregrinos, la abundancia de albergues así lo certifican.
Dejo atrás la Rúa Maior, paso junto al edificio de la Prisión Preventiva, y luego llego al mirador de Sarria, donde hay un crucero. 
Poco más adelante del mirador, el Camino llega al Convento de la Magdalena, regentado por los Padres Mercedarios. 


Ahora el camino desciende junto al muro del cementerio hasta el río Pequeño, afluente del Sarria. Queda allí el Ponte Áspera que nos deja cruzarlo.
Junto a prados y huertas particulares el camino pasa bajo un viaducto para cruzar las vías del tren. 
Después de ellas hay que pasar un arroyo por una pasarela de madera. 
Ahora hay un duro repecho por un camino rodeado de soberbios castaños,  que lleva hasta Castromaior.

Sigo por pista asfaltada hasta la parroquia de Barbadelo, donde se encuentra la iglesia de Santiago, a varios metros del Camino. Rodeada por el camposanto. 

Dejo el albergue de peregrinos de Barbadelo a mano derecha y sigo otra vez por pista vecinal y asfaltada hasta las aldeas de Rente  y Mercado da Serra.

Cruzo la carretera para tomar un camino arbolado que sale de frente. En cinco minutos paso junto a una fuente decorada con Pelegrín, la mascota del Xacobeo. 



Casi un kilómetro más adelante se llega junto a las puertas del Molino de Marzán, del año 1920, desde 2014 transformado en casa-albergue. 
El Camino continúa a la derecha.
Después aparece Peruscallo, con bar-panadería y la presencia de algunos hórreos. Salgo de momento del asfalto, para avanzar por caminos.
Entre muros de piedra y castaños alcanzo Brea, para luego llegar a Morgade.
Ya en el Concello de Paradela, paso por la parroquia de Ferreiros, es una localidad donde los herreros arreglaban el calzado de los peregrinos y herraban sus caballos. 

Sigo bajando por pista asfaltada hasta Mirallos. A mano izquierda hay un bar y restaurante, en el bar sirven desayunos, menús, bocadillos, etc.

Enseguida se encuentra la iglesia románica de Santa María, que se bajó piedra a piedra desde Ferreiros en 1790. 
El Camino sigue por asfalto desde Mirallos hasta A Pena. 

Posteriormente avanzo hasta Couto y Rozas, más tarde llego a Mercadoiro, todo éste camino es una sucesión de pueblos en su mayoría muy pequeñitos.

Después de una larga cuesta y por pista asfaltada se baja hasta Parrocha y Vilachá, última aldea del Camino de la parroquia de a Paradela. 


Un brusco descenso por un desfiladero muy estrecho me acerca hasta el río Miño.
Su puente, de más de 350 metros de longitud, me lleva hasta la puerta de Portomarín con fachadas blancas y tejados grises. 





La entrada al pueblo se hace por uno de los arcos del viejo puente romano, reconstruido y luego una pronunciada y matadora escalinata. 
Subo por ella ya bastante cansado, pasando por el Centro Virtual de Información al Peregrino y llego hasta el centro del pueblo. 



Son las 13:50 y busco donde comer para luego proseguir camino, lo hago justo frente de la iglesia fortificada de San Nicolás, en la calle Lugo.



Habiendo comido y ya descansado, bajo hasta la avenida de Chantada, que acaba en la misma carretera, cruzo la carretera, y girando a la izquierda, por ella llego a un puente que al atravesarlo me deja frente del camino bien señalizado. 
Dejo el asfalto por la derecha, junto a unas casas, y subo la falda del monte San Antonio. 
Después de la subida de escaso un kilómetro  comienza un sendero más llano entre pinos y prados. 
El camino baja hasta el arcén de la carretera y pasado el cruce a San Mamede y Velade tengo que tomar un camino pegado a la carretera. 
Unos cientos de metros más adelante, a la altura de una abandonada fábrica de ladrillos, cruzo otra vez la carretera.
Paso ahora por Toxibo 

Sigo pegado al asfalto y después de pasar un merendero llego a la parroquia de Gonzar.
Busco el albergue " Casa García ", atendido por una simpática rumana.
Busco cama, y hago lo de cada día a la llegada, ducha, lavado de ropa, y luego una refrescante clara, que viene acompañada con algo para picar.
Sobre las cinco de la tarde se llenó el albergue de ingleses, y como siempre son ellos quienes marcan horarios, a las 9:30 son ellos quienes apagan las luces, (guste o no) y a dormir o intentarlo..

Etapa 22: Gonzar - Ribadiso 43.430 km




Etapa 22:
 Gonzar - Ribadiso 43.430 km

Como siempre todo preparado bien temprano, y salgo sobre las 7:00 de la mañana.
Abandono el albergue, cuya particularidad es que está de espaldas al cementerio, paso delante del Bar y restaurante Casa García,  para luego girar a la derecha y tomar la pista que sube a Castromaior, también parroquia del Concello de Portomarín con iglesia románica de finales del XII y un cercano castro prerromano de grandes dimensiones.
Habiendo caminado aproximadamente 5,5 kilómetros llego a Castromaior, desde aquí queda una muy exigente subida de 700 metros, donde está indicado a mano izquierda el desvío al castro,  que por ser muy temprano y a oscuras he dejado de lado. (desde el Castro se puede retornar al Camino sin volver atrás). 
Sigo subiendo hasta otro sendero paralelo a la carretera, que tendré que cruzar otro par de veces hasta llegar a Hospital de la Cruz.
Desde aquí en 1,5 kilómetros,  la siguiente población es Ventas de Narón.
Después caminando por senderos junto siempre a la carretera por 3,2 kilómetros llego a Ligonde, y paso junto a la cruz que señala el lugar de un antiguo cementerio de peregrinos. 

A la salida de Ligonde, junto al albergue municipal, sigo una senda que baja pegada a un muro hasta el puente sobre el río de Airexe. 
Subo hasta Airexe, y a mano izquierda, algo apartada, se encuentra la iglesia de Santiago, neoclásica y con la portada románica.




Después de Airexe, se llega a la aldea de Portos, ya del Concello de Palas de Rei.
Sigue la sucesión de pueblos hasta llegar a Palas de Rei.





Cruzo la carretera junto a la Casa del Concello de Palas de Rei y bajando por la travesía del Peregrino llego de nuevo la carretera, y sigo descendiendo por la empedrada rúa do Apostolo. 
Sigo de frente por la rúa Río Roxán, donde hay una escultura de unos peregrinos bailando, salgo a la avenida de Compostela, y tras quinientos metros giro a la derecha para cruzar el río Roxán. 

Continúo subiendo hasta un par de aldeas de esta parroquia para luego bajar y cruzar la carretera nacional.
Entro en una bonita senda rodeada de eucaliptos y robles, llena de agua y barro, que llega hasta el lugar de Lacua. 
Prosigo hasta San Xulián do Camiño.

Por una carretera secundaria me despido de los casi 100 kilómetros recorridos en la provincia de Lugo para llegar a O Coto, primera aldea coruñesa perteneciente a la parroquia de Leboreiro, ya en el Concello de Melide.
Cuando ya Melide estaba a la vista, se largó una tormenta de agua, viento y luego nieve, que a todos los que en ese momento estábamos por ahí nos obligó a buscar refugio.
Ese refugio fué el restaurante Ezequiel, donde lo que se veía por todos lados eran mochilas y capas chorreando agua..
por cierto destacar un menú muy bueno.

En Melide están, el antiguo hospital de peregrinos, que alberga hoy el Museo da Terra de Melide; el Convento del Sancti Spiritus y su iglesia; el edificio del Ayuntamiento del siglo XVIII y la capilla de San Antonio, junto a la que se deja la plaza para tomar la rúa San Antonio. 

Después del Almuerzo y descanso, aunque aún llovía, abandono Melide por la rúa Principal. 
Con vistas al valle bajo hasta la Nacional, que cruzo para coger de frente una comarcal en dirección San Martiño. 

Tras pasar las casas de Carballal entre eucaliptos, diferentes árboles de hoja caduca y prados llego al paso empedrado del río Catasol. 
Llego a Peroxa y entro en la parroquia de Boente.
Tras pasar la iglesia de Santiago giro a mano derecha y luego bajo por una senda hasta el río Boente, y sigo adelante.
Después por una pista asfaltada hasta el arroyo Ribeiral, y desde aquí toca remontar, para después,  por pistas vecinales, bajar durante dos kilómetros hasta el río Iso, que da acceso a Ribadiso da Baixo.
Al otro lado del puente medieval se encuentra el hospital de peregrinos de San Antón, actualmente es un albergue público.


 Subo hasta la Nacional para llegar  al albergue Milpes, que previamente había llamado para saber si habría sitio.
Albergue muy moderno y con buena atención.
Me instalo, una buena ducha y descansar con una clara de por medio.
Llegarían luego, un matrimonio de Madrid y dos amigas de ambos como acompañantes de habitación, con los que he conversado hasta las 10 de la noche, luego de lo cual, preparativos para mañana, ( yo saldré temprano, ellos sobre las nueve ).