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Etapa 7: Navarrete - Cirueña. 32.600 km



Etapa 7: 
Navarrete - Cirueña. 
32.600 km

 Salgo de Navarrete a las 7:00, algo oscuro pero la idea general ha sido esa siempre.

 Abandono el pueblo por la carretera de Logroño y poco después entro en un camino de tierra que me llevaría entre viñedos, almendros y olivos hasta la localidad de Ventosa hora 8:23´ 

El Camino continúa por el arcén sin acceder al casco urbano de Ventosa, en donde destaca la iglesia de San Saturnino. 
Seguidamente, junto a las bodegas Alvia, un camino pedregoso, lleva hacia el alto de San Antón en una corta subida. 
Desde esta atalaya la vista se despeja y nos muestra el valle del Najerilla, terreno arcilloso cubierto, como no, de sarmientos retorcidos dispuestos en terrazas separadas de monte bajo. 
La panorámica también descubre Nájera, aparentemente cercana pero realmente dista más de 10 km.

Bien, culminando la mañana, entré en Nájera, ciudad importante en el camino ya que Sancho el Mayor la hizo capital del Reino de Navarra y también hizo que el Camino de Santiago pasase por ella cercano al año 1000.
 La calle del Mercado desemboca junto al monasterio de Santa María la Real, insignia artística de la antigua capital del Reino de Navarra. Fundado en el año 1052, fue reconstruido en el siglo XV en estilo gótico. Del conjunto sobresale el plateresco claustro de los Caballeros
Por el lateral del monumento tomo la calle Costanilla y abandono Nájera por una pista arcillosa. En breve dejaría a un lado una nave agrícola para cruzar sobre el arroyo de Pozuelos o Valdecañas





Sobre camino de tierra, llego a una pista asfaltada que me conduce directamente hasta Azofra, villa agrícola asentada en la fértil vega del río Tuerto. 
La mejor prueba de su pasado jacobeo es la fundación, ya en el año 1168, de un hospital y un cementerio para peregrinos.





 No me detengo... atravieso la aldea sabiendo que en los próximos kilómetros el trazado de la etapa se acerca durante algún tramo a la N-120. 
En cuanto al paisaje, los campos de cereal van ganando paulatinamente terreno a la vid, señal de que estamos cercanos a Castilla.
Tras un repecho largo de un kilómetro paso junto a un merendero.

buen lugar para un descanso. 
A escasos diez minutos nos encontramos con un club de golf y un complejo residencial que han construido a las afueras de la población a la que llego posteriormente y continuo camino rumbo al destino final de etapa en  Cirueña. 
 En Cirueña, pueblo muy pequeñito, salvo la Iglesia Parroquial de San Millán, que data del siglo XVI.
Poco más se puede ver.

Previamente reservado, me dirijo al albergue Victoria, de muy nueva construcción.

Después de ubicado y con el reparador baño, me dirijo al único bar existente.
Pico algo para pasar el momento y regresaré a éste al anochecer para cenar.

Aquí me encuentro con Gergö Kovács, con el cual nos encontraríamos en reiteradas ocasiones, hasta vernos en la etapa final, Santiago.

La noche transcurre tranquila.


Etapa 6: Viana - Navarrete. 21.500 km



Etapa 6:  Viana - Navarrete. 21.500 km

Viana es una ciudad de tamaño mediano,  antigua con calles estrechas y laberínticas, casas centenarias, de color ocre de dos o tres pisos como mucho. 
Hay bastantes edificios históricos, iglesias y su ayuntamiento entre otros. Una bonita plaza mayor, Plaza de los Fueros.
Dejo Viana junto al colegio Ricardo Campano y por una pista entre huertas  cruzo la Nacional-7220. 
Más adelante haré lo propio con la Nacional-1110 y seguiré también por pista hasta la ermita de la Virgen de Cuevas. 

Me separan de Logroño 9.600 km.
El día se pasa entre campos de cultivo, al llegar a la altura de una señal que indica Observatorio El Bordón, Laguna de las Cañas, giro a la derecha para internarme por poco tiempo en un pinar.
Después se vuelve a cruzar la carretera, y sigo por el talud junto a otro grupo de pinos hasta pasar muy cerca de la papelera del Ebro, donde está el límite provincial de Navarra, que me ha acompañado durante unos 150 kilómetros aproximadamente, ahora toca el turno a La Rioja.Lo indica un mojón de piedra con la inscripción -provincia de Logroño-  

Andando entre pinos a veces y otras al lado de la carretera, sobre las 9:00 diviso la ciudad de Logroño y las dos torres de su catedral, llego al centro de la ciudad pasadas las 9:40, después de atravesar el puente de piedra sobre el río Ebro.

Entré en la catedral de Santa María de la Redonda para sacar alguna foto, y sellar la credencial pero no encontré a nadie a esas horas.




La salida de Logroño se hace muy larga, pero a diferencia de otras ciudades, es agradable ya que dejas la ciudad por un camino que conduce al parque de San Miguel y luego el entorno del embalse de la laguna de la Grajera, construido en 1883.





Es un camino preparado para las actividades deportivas de sus ciudadanos, que en ésta mañana habían salido para hacer deporte, tiene gran cantidad de árboles y lugares para descansar. 
El camino tiene un pequeño repecho y vuelve de otra vez a los viñedos y a la actividad agrícola. 
Casi a las puertas de Navarrete me encuentro con las ruinas del que fué, el antiguo hospital de peregrinos de San Juan de Arce.


Una larga recta me separa de Navarrete, pueblo de alfareros que se encuentra emplazado sobre el cerro Tedeón. 
Inmediatamente, llegar me acerco al albergue, La casa del Peregrino, regenteada por el peregrino Ángel, cumple con todas las exigencias y además la amabilidad de Ángel, conocedor de las necesidades de quien llega.
Una vez ubicado, y con baño de rigor mediante, salgo a recorrer el pueblo, por la calle Mayor Alta,  la plaza del Arco, la calle San Roque y por la calle Arrabal.




Visité su preciosa iglesia, Nuestra Señora de la Anunciación y monumentos cercanos, luego para calmar hambre y sed, me acerqué a la " Casa de comidas de Begoña y Antonio " ubicada sobre la Plaza de las Pilas, al frente de la iglesia. 
Por ser ya media tarde pedí una clara y unos pinchos, por cierto muy buenos.
En la tarde noche, me decido por volver, y en el momento que me disponía a elegir las tapas, una señora, que luego identificaría como Begoña, la propietaria, me dice si en realidad no me apetecería algo diferente a las tapas, pues sí fué mi respuesta, me preparó ella misma la mejor sopa de ajo probada en mi vida....Muchas gracias Begoña.



Es ahí que me encuentro por segunda vez con Bernard, el francés, compartimos unos momentos juntos para separarnos, regresando a descansar.
Preparo todo, para que en cuanto amanezca, pueda salir sin molestar a los demás,  la noche transcurre sin novedad.