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EN AUTOCARAVANA POR LOS PAÍSES BAJOS PARTE 4



Etapa: Día 26. 

Pont de Deulin – Durbuy – Dinant – Neufchateau.
 
Temprano iniciamos el camino hacia Durbuy, nos separaban escasos 8 km. Aparcamos en un parking de pago, casi en la entrada, grande y espacioso.



 Durbuy está considerada la ciudad más pequeña del mundo y se encuentra situada en el valle del río Ourthe, a los pies de la pared rocosa La Falize.



Con sus calles medievales, y sus antiguos edificios de piedra que se remontan a los siglos XVII y XVIII mantiene intacto todo aquel encanto de antaño.






Tiene un bonito castillo del siglo XI, de propiedad privada, que no se puede visitar.


Después de andar por sus callecitas empedradas, disfrutar de sus construcciones, visto La Falize, nos acercamos a la plaza desde donde sale un trencito para recorrer el pueblecito.







Decidimos subir, su recorrido se ofrece de 30 minutos.
En su primera parte y con explicaciones,
(no español), se interna por el minúsculo pueblo, (como mucho 10 minutos) para luego subir por la montaña, y llegar al mirador, desde donde se tienen unas muy bonitas vistas del pueblo, pero que no justifica el tiempo allí parado, donde la espera es demasiado larga y sin aseos, un timo de 30 minutos, otra experiencia.




  
Llegados al punto de partida, buscamos nuestro vehículo, para desplazarnos hasta otra joya de Bélgica, Dinant. Conocida como “La perla del Mosa”

Vamos directamente al parking situado en lo alto de la fortaleza que corona el pueblo.
Las vistas espectaculares desde arriba.









 


 












































Con un tique se puede visitar la fortaleza propiamente dicha,  se bajar al pueblo y subir, mediante un funicular, que se puede combinar con un paseo en barco por el río Mosa, o si se desea bajar los más de 400 escalones.
Optamos por la primera! 


Ya en la ciudad, cruzamos el puente lleno de saxofones de diversos colores con nombres de países, el puente también con banderas, pero nos llama la atención que la bandera Española está atada, luego preguntamos y nos dirían que estaba así por los atentados acahecidos en Barcelona.








Llegamos al embarcadero para hacer nuestro crucero por el Mosa, muy bonitas e interesantes vistas y con datos que nos van aportando, (no en español) para conocimiento del turista.
Una de las vistas que sorprende es una roca que está cortada para que pase hoy día una carretera: La Rocher Bayard.


Existe una muy bonita leyenda sobre ésta roca, y un caballo llamado Bayard.  Pero la verdad es que, la roca fue separada por los soldados de Luis XIV, cuando invadieron Dinant, para construir un camino fácil al lado del Mosa, y que el rey pudiese entrar a la ciudad conquistada.

Esta ruta se amplió posteriormente para permitir el tráfico de automóviles.
Ponemos rumbo a la Colegiata, Notre Dame de Dinant, un edificio de acabados góticos pero que se construyó sobre un templo románico que se derrumbó. 
Está coronada por un capitel en forma de bulbo de cebolla, un añadido bastante posterior a la construcción del templo gótico pero que la convierte en un edificio original.

 


 



 


Muy bonito su interior y sus vitrales impresionantes. 
Salimos de la Colegiata para bajar hasta el paseo marítimo, que se encuentra en reformas de ampliación, y donde están los sitios de repostaje humano, (bar y restaurantes).
Nos decidimos por uno que a estas horas seguía sirviendo comida, ya muchos ya habían cerrado sus cocinas.






Chez Bouboule, “Le Roi des Moules” Buena atención, comida excelente. 
Y con el estómago satisfecho, subimos hasta la calle Adolf Sax, hijo predilecto e inventor del Saxofón. 

Se encuentra allí su casa, y lo que abundan claro está son saxofones por doquier.



Continuamos por la Rue Grande para llegar al Ayuntamiento


saxo de cristales.



Un edificio muy bonito también, en cuyos jardines se encuentra un gran saxo hecho con tiras de cristal, y unas sillas en acero con frases grabadas.
Bajamos hacia el río para acercarnos al teleférico que nos habrá de dejar en la cima, para retomar nuestro camino.
Nuestra siguiente parada será en la localidad de Neufchateau, en el Camping Spineuse. 





Atendido por sus dueños, muy  agradable, cuidado y con servicios espléndidos.
Nos ubicamos y salimos a ver como corren libremente los conejos y campan a sus anchas los patos, que más tarde vendrían a comer en nuestras manos. 
Descanso y fin de otra jornada, mañana más.

Hoy 144 km

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