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Etapa 10: Burgos - Hontanas. 31.500 km



Etapa 10: 
Burgos - Hontanas. 31.500 km


Después de un muy buen desayuno, cargo la mochila a hombros, y tras dejar la llave de la habitación, salgo a las 7:40, internándome en el centro histórico de Burgos.
El día comienza a despertar y los autobuses urbanos circulan muy pocos y a las personas poco a poco se las empieza a ver.




Mis últimos pasos por Burgos comienzan detrás de la catedral, en la calle Fernán González. 
Avanzo hasta el arco o puerta de San Martín, de herradura en estilo mudéjar y muy restaurado en el siglo XX.
Pasado el arco, doblo a la izquierda para descender por unas escaleras a la calle Emperador. 

Algo más adelante prosigo, a la izquierda, por la calle Villalón, que desemboca en el paseo de la Isla, al pie del río. 
Cruzo el río Arlanzón y giro a la derecha siguiendo su margen. 

Siempre de frente, junto a la N-120 por las avenidas de Palencia, José María Villacián Rebollo, por el parque el Parral, y la calle de Villadiego, llego entonces hasta el desvío marcado como “Los Guindales, Vivero Forestal”

Tomo por éste, desviándome a la derecha, y continúo de frente por la calle Benito Pérez Galdós. 
Junto a la puerta del vivero forestal termina la ciudad y el asfalto se transforma en pista. 
El Camino no entra en Villalbilla sino que tuerce a la derecha para salvar el arroyo Molinar . 
Reanudo la marcha para cruzar el puente sobre la circunvalación y sigo hasta el viaducto Arlanzón, obra de ingeniería de la autovía A-231 que paso por debajo . 
Cruzo el río y dejo la carretera por un sendero paralelo que lleva a Tardajos.



Mariano Díez Tobar - Precursor del Cinematógrafo.
En tiempos de Roma, Tardajos fue, parte de la calzada romana que unió Clunia (Coruña del Conde) con Juliobriga (la actual Reinosa). 

Cruzo el pueblo por la calle del Mediodía, paso por la plaza Leandro Mayoral y la calle Real Poniente. 
Peregrino polaco que hacía el camino al revés, habiendo hecho ya el camino inglés, con su encantador perrito.

Por carretera llego a Rabé de las Calzadas. 


Entro en Rabé, por la calle Santa Marina paso frente a la fuente,  hasta la plaza Francisco Riberas y salgo por Baldomero Pampliega. 
Saliendo de Rabé de las Calzadas, lo que me espera en adelante es, la meseta castellana.  

Larguísimas rectas a más de ochocientos metros de altitud sin más compañía que nuestra sombra y grandes plantaciones de cereal sin horizonte aparente.  
 A tres kilómetros de Rabé,  hay unas mesas para el descanso
La pista sigue en ascenso hasta alcanzar una zona más plana que da acceso al valle donde se asienta Hornillos, que se alcanza bajando la cuesta llamada de Matamulas.
Por su pendiente, y el peso de la mochila, obligan a bajar con mucho cuidado la pedregosa cuesta. 
Después de cruzar una carretera y el cauce del río Hormazuela, llego a Hornillos del Camino. 

En la misma entrada, hay un comercio, donde el propietario me prepara un gran bocadillo que no he podido acabar, compro agua, y después del descanso continúo camino, Atravesando todo el pueblo.


Cinco kilómetros después de Hornillos me encuentro con una cruz de Santiago  y pocos metros más adelante  el cruce que lleva al albergue San Bol, situado junto al  río del mismo nombre.
Desde aquí hasta Hontanas, no se atraviesan más aldeas, durante los casi 5 kilómetros que dura ésta travesía. 
El terreno es bastante árido y se pueden ver sólo campos de trigo y cebada.


Cuando llevo unas horas caminando, no veo ni rastro de Hontanas. 
Al poco, veo una cruz pequeña sobre lo que parece ser una nave.....

¿Dónde está? Hontanas?... La aldea se encuentra en una gran depresión del terreno, de manera que solo se ve cuando se está practicamente en ella. 

Al llegar a Hontanas, quedaba buscar el albergue, mismo en la entrada del pueblo se haya el albergue, Juan de Yepes, modernísimo, bar, restaurante, con todos los servicios y una atención formidable.
Busco cama, como casi siempre llego de los primeros, una buena ducha y salgo a recorrer el pueblito.





El nombre de la población procede del término latino fontana, fuente en castellano, tiene casas muy bonitas y una interesante iglesia.


Al caer la noche, no participé de la cena comunitaria, por la hora en que se sirve, 7:00 pm,  demasiado temprano para mí.
De manera que bajo sobre las 9:00, que me esperarían en cocina y pido el menú del peregrino, muy bueno y abundante.
Después de lo cual, sí preparo todo como cada noche, para al día siguiente salir sin hacer ruidos a quienes comparten la habitación, pero duermen todavía.

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