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Etapa 5: Villamayor de Monjardin - Viana. 30 km.



Etapa 5:   Villamayor de Monjardin - Viana.   30 km.


Dejo Villamayor a las 7:00 de la mañana, cuando no había salido el sol.


Desde Villamayor hasta los Arcos, nos separan 12 kilómetros en los cuales no se encuentra nada.


El camino es de tierra y las vistas, campos de trigo alternando con viñedos,  es un paseo agradable en donde se disfruta del paisaje.

A las 9:50 ya estoy entrando en Los Arcos por el paraje de San Vicente y la calle Mayor, me encuentro con dos chicos franceses, que nos conocimos en Villava, y una chica suiza, ofreciéndome después del largo camino una silla a la sombra. 
Luego de un chocolate de máquina que sabe a gloria, y habiendo descansado, sigo camino.




El pueblo conserva gran parte de su legado histórico y los antiguos hospitales de peregrinos de Santa María, Santa Brígida y San Lázaro han pasado el testigo a un buen número de albergues más modernos. 
Se llega hasta la plaza porticada de Santa María donde se ubica la iglesia del mismo nombre, un monumental edificio con mezclas de románico tardío hasta barroco. 
  
Traspaso el portal de Castilla e inmediatamente tengo que cruzar la carretera y el río Odrón. 
Pasadas las últimas casas de Los Arcos se retoma otra pista agrícola que avanza en línea recta, paralela a la N-111, durante tres kilómetros.

Llegado a este punto, señalizado, me desvío a mano derecha por una senda.

Después de casi 7 km, y siendo las 11:50 entro a Sansol, es una pequeña aldea pegada a Torres del Río, a la cual se llega casi de inmediato. Son las 12:15.
Un rápido descenso por carretera y luego un camino de tierra me lleva a las puertas de esta población. 


Cuesta bastante subir por sus empinadas calles y dar con la iglesia del Santo Sepulcro, templo octogonal del siglo XII que mantiene una torre adosada que pudo utilizarse como faro para guiar a los peregrinos que nos precedieron.
La veo abierta por lo que entro, para sellar la credencial, la encargada de abrir la iglesia me quiere cobrar 1 euro, ya que es lo que cobran por abrir, pero no la ha abierto por mi, le costó entenderlo.
Subiendo y algo más arriba me encuentro con el albergue La Pata de Oca, aprovecho para almorzar, y descansar, luego de lo cual continúo camino.
Dejo Torres del Río por la parte alta y sus últimas calles me llevan a una pista que a su vez cede ante un otro camino.  




Éste termina por endurecerse y sigue el trazado de la Nacional-1110, carretera que se cruza en plena subida para alcanzar la ermita de la Virgen del Poyo. El santuario,  fue construido en el siglo XVI y reformado durante el barroco y el siglo XIX.

Se baja de nuevo a la Nacional-110 y se sigue hasta salir de la curva, donde se toma un camino que sube hasta una carretera secundaria que va hacia Bargota.

Sigo de frente por la carretera y la abandono cien metros después para coger una pista. Gracias a ésta puedo descender más cómodo el barranco de Cornava, un desnivel de más de 125 metros erosionado por el agua. No todo es arcilla, aquí crecen pinos y algunos frutales, al fondo del barranco hay parcelas de viñedos y olivares. 
Después de haber caminado unos 10,5 km, estoy entrando en Viana.

Es aquí donde haré la escala de hoy, albergue Izar, muy recomendable.
Después de haberme instalado, toca baño.
Al regresar me encuentro con Bernard, peregrino francés con el que ya nos habíamos visto antes.
 le invito a salir a recorrer el pueblo, vamos andando hasta el centro de la población por las calles El Cristo, La Pila, el portal de la Trinidad, la plaza del Coso, donde está el Balcón de Toros y, finalmente, la calle Mayor, que conduce hasta la plaza de los Fueros. 





Aquí se encuentran, frente a frente, el Ayuntamiento y la iglesia de Santa María, iglesia gótica de grandes dimensiones y con hermosa portada renacentista.
A Bernard le hacía ilusión comer tapas típicas, buscamos un restaurante que nos recomendaron en el albergue y al entrar encontramos a Bertrand, el australiano con el que compartimos albergue y cena en Villamayor.
Juntos los tres nos servimos tapas, luego de lo cual Bernard y yo volvemos recorriendo el casco histórico al albergue.
Dejando todo preparado para mañana, toca descansar.

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